viernes, 13 de enero de 2017

El caracol



Soy caracol. 

Tengo concha, coraza y escaras de piedra salada, fósiles que el mar ha olvidado en mi superficie. 

Mi cuerpo se arrastra desnudo y deja un rastro de espuma invisible, una espiral de agua y burbujas que no llegan a explotar. El pavimento está helado esta noche y mi piel se va congelando en su recorrido. 

fricción

vacío

soledad

Llevo sobre mi lomo el peso de mis pertenencias que es nada. Las empujo hacia mi caracola para cargarlas todas en un viaje y descubro que son mi hogar. 

Soy la caracola.

Soy mi techo y mis recuerdos. Soy mi texto, mi legado, mi soledad ambulante. Soy mi casa. Soy la casa. Recorro el mundo o las calles de Londres cargando mi nada, olvidando en mi baba la ruta preconcebida. 

Tengo mi casa y la abandono cada amanecer. Durante la mañana busco un lugar para asentarme y empleo hasta la tarde edificando. Sueño con el hogar que me guardará del frío por la noche. Entonces duermo. Tengo mi casa.


domingo, 8 de enero de 2017

Isla 4


Hoy he creído que veía Ítaca.
Estaba sentado en la cubierta, miraba el mar. La vi. Se pintó, cómo un collage de pequeños paisajes con sentido. Todo tiene significado en Ítaca. Cada brizna de tierra y aire, cada gota de mar o cada estrecha simiente.
Ítaca en el horizonte, Ítaca en la superficie, Ítaca desasida y estática, Ítaca sin Ulises, ¿quién eres?

-          Soy la mujer Ulises. La que has traicionado, la que has abandonado, la imagen que en tus ojos es la esposa que te ama. Ulises, mírame. Tengo ojos y nunca me has mirado. Ulises, tócame. Tengo abrazos que nunca has susurrado. Ulises, estaba aquí.

Sigo sentado en la cubierta, mi abrazo escuece y la piel me quema. No puedo ver, el sol abrasa mis pupilas y apenas puedo abrirlos. Miro Ítaca, quiero mirar Ítaca, quiero ver Ítaca y tocarte, y convertirte en mí mismo porque Ítaca soy yo. Ítaca, Penélope, Telémaco, pasión, río, aire y tierra trabajada con mis manos.

-          Ulises, descansa. Soy Penélope, la esposa concebida, la amante amada, la compañera que recoge el pan para la mesa. Duerme Ulises, no temas. El tiempo no es nada.
Déjame que te deshaga los días en mis manos gastadas. Déjame que te teja los veranos en las pendientes de tu espalda.


Ulises, el amado. Ulises, el gestado. Ulises, tú, el esperado.