martes, 3 de julio de 2018

Isla 9


                                             
                              CAMINO 
                
                                                                                                                    A CASA

lunes, 2 de julio de 2018

Isla 8

Ulises entre cajas, Ulises, camina y esquiva y subraya y despega con sus uñas desgastadas e intenta organizar e intenta mirar, a través de las cajas. Cajas que se amontonan, cajas transparentes que guardan su vida, su navegación vagabunda a través de los últimos años atravesando islas sin rumbo. 
Sus pequeños terosos, sus recuerdos, las reseñas olvidadas, una flor seca, unos apuntes, las libretas sin fondo, alguna foto y papeles, papeles, papeles...
Ulises se pierde en este paisaje que no identifica, en este espacio sin orden en donde ya ha perdido todos los referentes. Ulises cree que no está solo y que sigue empaquetando, ¿empaquetar? se pregunta. Un hilo de saliva se le escapa del labio entreabierto, hace sol, y Ulises tiene sed, tiene hambre, tiene frío, Ulises tiene miedo. 

El viento azota el salón de la casa, la lluvía resopla entre las cazuelas deshojadas a causa del adiós, el polvo espera en la puerta, cargado de capas y capas de días de nadie que están aún por llegar.

Ulises no quiere ver, Ulises no quiere soñar, Ulises quiere dormir sin sueños, sin saber, vacío. 
Ulises, el más sabio ignorante que cruzó la luz y los mares y buscó hasta agotarse y desmadejarse y quebrarse en una gota de agua de sal. Ulises, que quería despertarse y la espuma del mar le adormecía y que quería recordar que no estaba solo, que el vigía negro cuidaba su sueño. Sin embargo, la indiferencia constante de Ulises en los días de la isla del adiós, desdibujaban al vigía, al compañero sin nombre que apenas sonaba en la noche, con el mar dormido, estancado, muerto, como una balsa de aceite.

Pobre Ulises, mudo y sordo y ciego; prediciendo su destino de sombra maldecida, arruinado en el reino del recuerdo donde él ya nunca existía. Ulises tú, Ulises bendecido por los dioses, Ulises rey, Ulises el grande y el amado, Ulises, ¿dónde estabas? ¿dónde vas Ulises, mi idolatrado Ulises, hijo, hermano, esposo y destino. No te veo amado, alcánzame las uvas de tus lágrimas para que yo pueda tejerte un manto, para resguardarte del frío, del dolor, de las noches que vuelven después de los días, de los atardeceres sin mí, de los atardeceres sin...

...Ulises, Ulises, Ulises, vuelve...

Un grito desgarrado atraviesa las rocas de la isla, la costa, el sol aplastante de Itaca. Amanece.