jueves, 23 de enero de 2014

Barcos de papel


A veces, algunos días, sometimes...

Barcos de papel, ejércitos de barcos de papel, montañas arrugadas de pequeños soldados de quebranto. Tres barcos de papel, barcos de papel.
Son residuos de un naufragio de tardes de tormenta, de neblina importada y de frío que te cala hasta los huesos. 

Olas, residuos de amor que se confunden con besos, besos de esparto y arañazos en la frente. Cuchillas de té con leche, con azúcar, sin azúcar...never mind.

La tarde se encoge, se resguarda de sí misma en los recodos de sus caricias, palabras rotas y significados expuestos, rasgados en mitad de la noche, la noche joven, la noche preniña de la ciudad que habito. Las noches cualquiera, como frases preconcebidas que hay que llevar a cabo. Porque es de noche y tan solo por eso tenemos obligaciones. Nadie las entiende, nadie las habita, nadie las escruta, nadie las niega pero tampoco las despoja. Una noche más, cumplida, sometida, encauzada; como nosotras mismas. 

El ganado vuelve al redil, cae la tarde, pero desde la distancia, apenas se puede percibir el sabor del mar.


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