miércoles, 13 de noviembre de 2013

...miércoles...Ella...


Cada vez que Ella llega a casa una tormenta de piedras se nos cae encima, intentamos hablarnos desesperadamente, pero es imposible, porque no podemos oírnos, el ruido es tan brutal que intentamos decir una palabra para saber siquiera si la otra está ahí y nada. Hoy por ejemplo nos ha entrado la risa, porque en medio de la tormenta hemos confundido la palabra tea con perra y una de las dos, ya no recuerdo cuál, se ha enfadado muchísimo, porque ha pensado que la otra la llamaba perra y claro, a nadie le gusta que le llamen perra, sobre todo si eres mujer o female como aquí.

La verdad es que mi vida en Londres...es increíble, es algo así como...mi vida en Londres.

El otro día me estuve fijando en todo lo que me ha inspirado esta ciudad, ¡una barbaridad! La verdad. Porque desde que llegué aquí no he parado de abrir Etiquetas con algo que dice Londres. No sé...será la novedad...

El caso es que ahora me estoy quedando embebida porque acabo de fijarme en las cascadas del pasillo y en los cercos de humedad y han desaparecido. ¡Qué despistada he debido de estar últimamente! porque ni me había fijado, pero debe ser porque ya no caía agua... El caso es que ahora también de la cascada están cayendo piedras. Esto sí que me da un poco de miedo, porque con el agua tenía frío y los cercos de humedad siempre me han dado grima, pero las piedras...no sé, ahora tengo miedo a cruzar el pasillo para ir a la cama, esta noche me he dado cuenta cuando dormía de que mi cabeza se ha vuelto muy pequeña y es que todo en mí se está haciendo muy pequeño. Pero ahora, tengo miedo, porque con esta cabeza tan pequeña...y seguro que me golpean las piedras, porque caen sin cesar. Seguro que mi cabeza se abrirá por la mitad y todo el pasillo se llenará de sangre y cuando Ella llegue ya habrá coagulado y no tendremos tiempo de no oírnos, porque yo ya no podré hablar. Seguro que a mí me da un poco de pena, pero Ella...Ella se va a morir de pena y va a gritar en el pasillo y todos los vecinos la escucharán incluso también nuestros amigos y K, que vive en Caledonian Road, sin embargo, Ella no podrá oírse a sí misma porque con el ruido de las piedras, no podrá escucharse.

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