jueves, 10 de julio de 2014

martes, 8 de julio de 2014

...Tuesday...













Hoy estoy pasando a limpio mi vida.

El ratón de Waterloo

En Waterloo Tube Station vive un ratón. Es gris, sucio y pequeño.
Camina por el andén como lo haría una mascota. Dejándose ver.

Los viajeros se detienen, sonríen, no quieren asustarlo.

Es verano.

Clapham Common

El parque de Clapham Common es un bosque solitario y oscuro

En invierno

Una playa

En verano

y yo no
 quiero ir a clase

Under the sun

En la calle




Londres es una ciudad curiosa, curiosa cada día, curiosa, como todas. Sus calles...están llenas de gente, de gente, gente. Es gente que mira su Iphone, chequea su Iphone, sonríe a su Iphone, es gente sencilla, es sencillamente gente.
Yo antes, en Madrid, también miraba mi móvil por la calle, pero no me chocaba con nadie.

lunes, 16 de junio de 2014

Camino del Cierzo


Cuando estoy en Madrid nunca puedo respirar.
Cuando estoy en Londres nunca me ahogo.
Repito frecuencias desubicadas, abro brechas en el aire, camino sin estrujar las ramas de absurda hierba que no cierra mi paso.
Y no puedo respirar, como cuando no puedo respirar, pero sin motivo. No intento escribir la frase, porque no hay gramática.
Cuento las baldosas de la acera hasta perder la cuenta y entonces vuelvo a empezar. Me peleo con los espacios no conocidos y aprieto los ojos muy fuerte, como cuando se me caían las piedras de los bolsillos.
Alguien me interrumpe en mi vacío.

-Se le ha caído.

-¿Qué?...What?...¿Qué?

Me mira desde muy lejos. Son los segundos justos de quien espera antes de irse, sin seguir lo que empezó, porque realmente había dudado ya antes de parar.
Se va.
Se me ha caído. Mi diario. Este no es el diario de Londres. Lo recojo por si acaso, lo sujeto flojo, con la esperanza de que se caiga de nuevo. Camino.
Los belfos me ablandan las comisuras y la saliva empuja y se abre un surco, goteo, las baldosas de la acera me pretenden.
Agujeros, piedras, vacíos en mi ropa.
Intento pasar desapercibida y reanudo la cuenta.

1...2...3...4...

viernes, 23 de mayo de 2014

...sábado...la ratonera...


La verdad es que parecía que ya vivíamos, o vivía, sin ser pasado imperfecto de subjuntivo, en una casa normal, una casita pequeña, pero muy cuca.
Entonces Alicia otra vez, la casa se ha vuelto pequeña, tan pequeña que ya no es habitable. Nos hemos arrinconado en el espacio que hay entre el sofá y el suelo, pero es muy incómodo, sobre todo para ella, que sin ser Alicia, es gigante. Yo intento no moverme, pero como no paro de toser a cada golpe de tos me doy con la espalda en el suelo del sofá y me está saliendo un moratón horrible. Ella quiere mirarlo a toda costa, pero yo le dijo que no se mueva, que luego no va a poder volver a encontrar la postura y con lo que aquí tardan en venir para solucionar cualquier reparación pues que se le pueden ir los meses, no sé, la verdad es que ya no sé qué decirle porque la situación es tan descabellada que disimular es peor que no, pero una siempre piensa con esta moralina cristiana que le dejó no se sabe quien, que mejor no hablar de lo malo, aunque sea evidendente, porque así todos se sienten mejor. Yo me pregunto si ella se siente mejor.
Hoy no comemos, se nos ha olvidado con tanto pensar en como acomodarnos, y otra vez la tos.