No encontraba la postura y al mismo tiempo me acomodaba como en una casa. He sentido la presencia de lo desprendido. Me he fascinado con lo de siempre, como si no me perteneciera. No tengo nada, no quiero que nada me pertenezca. Me desprendo.
Hoy volveré a dormir con la ropa, desde aquí, no se escuchan las campanas.
Espirales de música dormida.
Cuando sienta tanto frío, me cubriré sin pensar.
1 comentario:
Publicar un comentario