Hay
días que entre las montañas apenas sale el sol, se refugia una sombra macilenta
y saltea las charcas. Hay días como nubes que se estampan contra tu cara y se
te retuercen entre los resquicios de los dedos. No hay días. Dame un solo día
más, solo un día, solo uno para dejar todo, dijo mientras volaba, mientras
oteaba su escultura desierta y de estatua. Pero ya nadie lo escuchaba, porque
era de aire, como siempre había imaginado en su niñez, cuando jugaba a ser
globo y se imaginaba flotando entre las nubes, oteando lo escondido para
después memorizarlo. ¿Cantaba una canción?
Como
una figura de Chagall, como una fina figura de Chagall que no puede estamparse
como las nubes, pero que se enreda en ellas. El globo cuelga de una cuerda o
era la cuerda la que colgaba del globo, ya no recuerdo el juego, ¿qué? ¿qué?
¿qué?....
.....
y se quedó prendido de una sílaba, sin articular palabra, tan solo intentando
memorizarla, memorizarla, memorizarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario