Primero fue el pecho, se infló en una suerte de globo ascendente que se liberaba de lo impuesto. Después fue un cuerpo que ya no reconocía porque no era el que había sido, incluso ni siquiera tenía la misma textura. Ahora...simplemente no es nada. Vuela sobre la ciudad sin saber cómo aterrizar porque no quiere.
De pronto he olvidado lo que poetiza la palabra libertad.
Sueño...
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