miércoles, 14 de agosto de 2013

Golpearse 2

 


Santos, flagelación, dolor, 
Santas, flagelación, dolor,
Santos, Santas, Santos, Santas,
ME flagelo te flagelas se flagela nos flagelamos os flageláis se flagelan
dolor, me gusta hablar del dolor, hablo del dolor, quiero hablar sobre el dolor y hoy me he dado cuenta de que mi tema es el dolor.

dolor.

(Del lat. dolor, -ōris).
1. m. Sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior.
2. m. Sentimiento de pena y congoja.
~ de corazón.
1. m. Sentimiento, pena, aflicción de haber ofendido a Dios.

Sensación molesta

Estaba parada, la máquina no funcionaba. Las tenazas estaban detenidas sobre su cuello recién mutilado. Estaba seco, no fluía la sangre porque tal vez ya no tenía sentido. La escuadra, 90º de diferencia entre el ángulo de tu mano y mi cuello. No quiero acercarme a ti. Me detengo. Me golpeo la cabeza contra el muro, contra la pared, contra el suelo, contra el quicio de la puerta, y lo hago delante de ti, porque quiero que me veas, porque tú eres God
Estoy seca, no fluye la sangre entre el recodo que guardan mi nuca y tu cuello. 
Estabas solo. Flagelación. Creaste una máquina para sofisticar el duelo. Duelo, dolor, duele. Dios te estaba mirando, te arrodillaste y fingiste aparentar que estabas rezando, pero te estabas golpeando. Solo, delante del televisor que emitía un programa vacío, te estabas golpeando mientras rezabas, mientras tratabas de explicarnos que lo hacías por Dios, que ellos te miraban, que era un reto. 

                     ME duele, TE duele, le duele, NOS duele, os duele, les duele

La piedra

La agarras sin esfuerzo, como si fueses una escultora del S XVIII, como si el equilibrio formase parte de tu sacrificio, como si tu sacrificio no fuese San Antonio, como una danza, como dejar de comer y bailar el vacío en el hueco de tu estómago. Ya no suena nada, porque ni siquiera hay líquido. 

golpea golpea golpea   la roca avanza   golpea el pecho se te abre se te abre se te abre
Coge la piedra cojo la piedra
Te golpeas el pecho de maniquí disecado, mientras yo atornillo mi antebrazo con la esquirla de tu roca. Esquirlas bravas y seguras, aprieto mi antebrazo, giro, giro, giro. Me duele, me está doliendo, no quiero comer, no respiro, olvido las palabras que ponían nombre a las sensaciones. Parece que sale sangre.

El diente

Estás serena, alta e invulnerable, dulce y esbelta como las espigas, 
pero no hay viento,
el pelo no se te enreda como imaginábamos en los días felices   días de infancia   días de mar  días de playa.
Pero no te mueves.

GOLPEAS

Sonido seco. Las tenazas de nuevo han golpeado tu boca, el diente repele y repite tu dirección seca. Otra vez, otra vez, otra vez. Golpeas de nuevo. El diente revienta la forma que dibujaste. Tu rostro se transforma.
Hay un viaje poético desde tus manos empuñadas a tus labios, el tiempo que tarda en destrozarse un verso, el tren que te lleva al goce del dolor, la soberbia se delata en tus ojos y no nos reconoces. Disfruta Saint Apollonia.

Te señalas con tu dedo, sabes que serás el siguiente. La fila de torturados aguarda impasible, amedrentrada. No tienen elección. Tú sí.
Avanzas ante ellos como un novio gitano, alto e invulnerable, con tu traje ceñido y tu cabello apretado, apretando los muslos al caminar seco, aparentando volumen. 
Entras en el patítulo. Nadie te señala. Te detienes. Te desnudas sin prisa y empujas, empujas, empujas, empujas con tu dedo erecto hacia tu costado, livianamente, violentamente, secamente. 
Se hunde, se hunde, se hunde. 
Es el espectáculo del dolor, donde disfrutas, bellamente.

Tu piel se va desprendiendo, se exhibe la pasta de madera, eres otro maniquí, eres el novio malmaridado.

- Tienen que esperar a que se cargue el generador de nuevo.

Y miles de pequeños ingenios para llegar a rozarte. La parrilla está preparada, a fuego vivo. Te levantamos el hábito en un ritual inconfundible, muestranos tus nalgas San Lorenzo. Queremos sodomizarte, incarte nuestros penes y empalarte.
¿Dónde está tu culo San Lorenzo?
La parrilla aguarda. Decides acercarla, acercarla, acercarla.

- ¿Te quemas?

- Es sofisticado en la piel. Lento, infalible y deja una marca visible.

Me horrorizo del dolor, me horrorizo en mi poética de vómitos continuos, en mi sonrisa mordaz que defeca en el manantial de la vida.

Vale

 


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