lunes, 16 de abril de 2012

Libertad



Cruza la calle Alberto Aguilera y alguien toca su hombro, ella aún no sabe quién es, pero tampoco se detiene. Vive vibrando sobre sus Doc Martens, saltea la ciudad y se olvida de todo, como en los últimos días...olvidar. Es posible.
Primero fue el pecho, se infló en una suerte de globo ascendente que se liberaba de lo impuesto. Después fue un cuerpo que ya no reconocía porque no era el que había sido, incluso ni siquiera tenía la misma textura. Ahora...simplemente no es nada. Vuela sobre la ciudad sin saber cómo aterrizar porque no quiere. 
De pronto he olvidado lo que poetiza la palabra libertad.
Sueño...

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